ESPECIALISTAS / 05 de Julio del 2022

Josep Borrell, “Moscú tendrá que elegir entre la mantequilla y las armas”

“¿Ayudan las sanciones contra Rusia? Sí, ya están golpeando con fuerza a Vladimir Putin y sus cómplices y sus efectos en la economía rusa aumentarán con el tiempo”, señaló Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, quien dijo que desde que Rusia violó deliberadamente el derecho internacional al invadir Ucrania, la UE ha adoptado seis paquetes de sanciones contra Moscú.

Asimismo, Borrell indicó que, a finales de 2022, habremos reducido nuestras importaciones de petróleo ruso en un 90% y estamos reduciendo rápidamente nuestras importaciones de gas. Estas decisiones nos están liberando gradualmente de una dependencia que durante mucho tiempo ha inhibido nuestras opciones políticas frente a la agresividad de Vladimir Putin. Probablemente creía que Europa no se atrevería a aplicar sanciones debido a su dependencia energética.

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“Algunos dirán, ¿pero estas sanciones afectan realmente a la economía rusa? La respuesta es sí. Porque si bien Rusia exporta muchas materias primas, también se ve obligada a importar muchos productos de alto valor añadido que no produce. En materia de tecnologías avanzadas, depende en un 45% de Europa y en un 21% de Estados Unidos, frente a sólo un 11% de China”, dijo Borrell. 

La industria petrolera no sólo sufre por la marcha de los operadores extranjeros, sino también por la dificultad de acceder a tecnologías avanzadas como la perforación horizontal. Es probable que la capacidad de la industria rusa para poner en marcha nuevos pozos sea limitada. Por último, para mantener el tráfico aéreo, Rusia tendrá que retirar de la circulación la mayoría de sus aviones para recuperar las piezas de recambio necesarias para que los demás puedan volar.

En cuanto a la alternativa que China ofrecería a la economía rusa, sigue siendo limitada en la realidad, especialmente para los productos de alta tecnología. Hasta ahora, el gobierno de Pekín, muy dependiente de sus exportaciones a los países desarrollados, no ha permitido a Rusia eludir las sanciones occidentales. Las exportaciones chinas a Rusia han disminuido en proporciones comparables a las de los países occidentales.  

Borrell explicó sobre los impactos que tendría esta guerra sobre Rusia a corto plazo

“¿Estos impactos significativos y crecientes llevarán a Vladimir Putin a modificar sus cálculos estratégicos? Probablemente no en el futuro inmediato: sus acciones no se guían principalmente por la lógica económica. Sin embargo, al obligarle a elegir entre la mantequilla y los cañones, las sanciones le encierran en un círculo que se va estrechando poco a poco”, enfatizó Borrell.  

Queda el impacto de estas sanciones en terceros países, especialmente africanos, que dependen del trigo y los fertilizantes rusos y ucranianos. Las responsabilidades en la crisis alimentaria son claras: nuestras sanciones no se dirigen a las exportaciones rusas de trigo o fertilizantes, mientras que a Ucrania se le impide exportar su trigo por el bloqueo del Mar Negro y la destrucción causada por la agresión rusa. Si se materializan algunas dificultades potenciales relacionadas con nuestras sanciones, estamos preparados para poner en marcha los mecanismos adecuados para responder. He informado de ello a mis homólogos africanos y les he pedido que no se dejen engañar por las falsedades de las autoridades rusas sobre nuestras sanciones.

La verdadera respuesta a las dificultades de los mercados mundiales de energía y alimentos es el fin de la guerra. Esto no puede lograrse aceptando el diktat ruso, sino con la retirada del ejército ruso de Ucrania. El respeto a la integridad territorial de los Estados y la prohibición del uso de la fuerza no son principios occidentales ni europeos. Son el fundamento de todo el derecho internacional. Rusia los pisotea alegremente. Aceptar tal violación abriría la puerta a la ley de la selva a escala mundial. 

En contra de lo que pensábamos con cierta ingenuidad hace unos años, la interdependencia económica no implica automáticamente una pacificación de las relaciones internacionales. Por eso es imperativo la transición hacia una Europa como potencia, que vengo reclamando desde el inicio de mi mandato. Ante la invasión de Ucrania, hemos empezado a pasar de la intención a la acción demostrando que, cuando se le provoca, Europa puede responder. Como no queremos entrar en guerra con Rusia, las sanciones económicas son ahora el núcleo de esta respuesta. Ya están empezando a surtir efecto y lo harán aún más en los próximos meses. 

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